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La única manera
que existe de establecer si la poliomielitis persiste en un país
es disponer de observadores capacitados que analicen la situación.
Esta actividad se denomina "vigilancia", una red de inteligencia
que sustenta toda la iniciativa para la erradicación. Los agentes
a cargo de este sistema señalan donde circula el virus de la poliomielitis,
así como el tipo de virus y su origen. Una vez que se interrumpe
la transmisión, la vigilancia contribuye a verificar una erradicación
completa de la poliomielitis.
La vigilancia es un proceso simple pero intensivo. Los funcionarios sanitarios
en todos los países supervisan a sus poblaciones para detectar brotes
de poliomielitis. El síntoma más claro es un tipo específico
de discapacidad denominada parálisis flácida aguda. Cualquier
caso en el que un menor de 15 años tiene un miembro flácido
se investiga, a pesar de que hay otras enfermedades que pueden causar este
mismo síntoma. Si se detecta la parálisis flácida aguda,
se toman muestras fecales del niño, que deben mantenerse frías,
y se envían a un laboratorio adecuado para realizar pruebas.
Hasta que no se estableció una red altamente sensible, los funcionarios
sanitarios tenían que calcular el número total de casos de
poliomielitis en el mundo. Cuando se inició la Iniciativa en 1988,
calcularon que solamente se habían descubierto 1 de cada 10 casos
de poliomielitis. Actualmente, no sólo es posible descubrir casi
todos los casos, sino también la cepa exacta y el origen del virus.
Incluso cuando ya se ha eliminado el virus salvaje de la poliomielitis,
la vigilancia tiene tres objetivos: detectar por lo menos un caso de parálisis
flácida aguda por cada 100.000 niños y niñas menores
de 15 años (esto representa la probabilidad estadística de
otros tipos de parálisis); reunir la suficiente cantidad de especímenes
fecales de por lo menos un 80% de los casos de parálisis flácida
aguda; y someter a prueba todos los especímenes en un laboratorio
acreditado por la OMS. Para ello, en la actualidad existe una red internacional
de 147 laboratorios. Los Centers for Disease Control and Prevention de los
Estados Unidos han ejercido una importante función en la creación
y supervisión de esta red.
Los barridos son campañas de vacunación concentradas en una
zona que sirven para respaldar la inmunización sistemática
y los Días Nacionales de Inmunización. Por lo general, se
concentran en las zonas de alto riesgo o donde la vigilancia detecta la
presencia de un virus. Por ejemplo, la India está realizando un "barrido"
en las zonas donde persisten tasas relativamente elevadas de poliomielitis,
además de llevar a cabo Días Nacionales de Inmunización.
Si los responsables de las tareas de vigilancia descubren que la poliomielitis
circula en una zona particular, se organizan inmediatamente barridos destinados
a vacunar a por lo menos un millón de niños y niñas.
Los equipos de vacunación visitan todos los hogares, y administran
los dosis de vacunas a todos los niños y niñas menores de
cinco años, independientemente de su situación en materia
de inmunización.
Cuando se llevan a cabo contra un virus errático, las campañas
de barrido pueden compararse a la lucha contra los incendios forestales:
los rápidos despliegues están concebidos para contener brotes
inesperados. En 1998, en el último caso de parálisis registrado
en Europa Melik Minas, de dos años, en Turquía
los equipos de barrido cubrieron inmediatamente el sudeste del país,
donde vivía Melik. También actuaron en las regiones adyacentes
de Irán e Iraq. |
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©
Sebastião
Salgado
Estados
Unidos
Un científico examina una cepa aumentada del virus salvaje de la poliomielitis, denominada "árbol del virus", en la pantalla de una computadora en el Centers for Disease Control and Prevention de Atlanta. Las cepas provenientes de todo el mundo se envían a estas instalaciones para almacenarlas e identificarlas genéticamente. Esto incluye descubrir el origen geográfico exacto del virus, un factor fundamental para las estrategias de barrido que siguen a una campaña de inmunización. |