Era el año 1996, cuando la campaña para la erradicación de la poliomielitis llevaba ya ocho años de existencia. El virus circulaba todavía intensamente en gran parte de África, y paralizaba a miles de niños y niñas. Algunos países, sobre todo aquellos que sufrían los efectos de la guerra, no habían organizado todavía ninguna campaña de inmunización a gran escala. Las tasas de vacunación sistemática estaban disminuyendo en muchos lugares. Se precisaba que alguien ofreciera su capacidad de liderazgo. Y la respuesta surgió del Presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, el dirigente más importante de África.

En agosto, el Sr. Mandela presentó "Desterremos de África la poliomielitis", una campaña que ha movilizado a todo el continente. Hacia finales de 1996, 28 países africanos habían puesto en práctica Días Nacionales de Inmunización, que habían permitido vacunar a más de 52 millones de niños y niñas. Tres años después, la República Democrática del Congo comenzó inmunizaciones a gran escala, el último país del mundo en hacerlo.

La historia de la Iniciativa está llena de ejemplos de capacidad de liderazgo parecidos. Los países de América Latina contribuyeron a abrir el camino en los años 1980 mediante grandes campañas de inmunización. En 1993, el Presidente de China, Jiang Zemin, inició el primer Día Nacional de Inmunización en el país más poblado del mundo. En el curso de dos años, China había conseguido eliminar todos los casos de poliomielitis nativa. En 2001, los Presidentes de India, Malí, Nigeria, la RD Congo y Sierra Leona iniciaron en sus países la ronda de ese año de los Días Nacionales de Inmunización.

Para erradicar la poliomielitis es esencial obtener un compromiso político. En los países donde la poliomielitis es todavía endémica, el compromiso político contribuye a asegurar la posibilidad de acceder a las comunidades más remotas; que se dediquen recursos a las actividades de erradicación; y que los gobiernos regionales y locales pongan en práctica una cobertura en todo el país. En los países libres de la poliomielitis, se necesita un compromiso para mantener elevadas las tasas de vacunación sistemática y una vigilancia rigurosa de la enfermedad. En los países donantes ricos, este compromiso proporciona a la Iniciativa una importante financiación y, a menudo, los conocimientos técnicos necesarios.

La capacidad de liderazgo político nos ha colocado al borde de la erradicación de la poliomielitis. Pero si esta capacidad de liderazgo se debilita ahora, el virus salvaje de la poliomielitis seguirá circulando en una serie de países endémicos, y la meta de la erradicación podría irse al traste. En la medida en que permanezca vivo un solo virus de la poliomielitis, todos los países están en peligro.



© Sebastião Salgado

India
Un agente de la salud vacuna a un niño de corta edad contra la poliomielitis en la ciudad de Moradabad durante la serie de mayo de 2001 de los Días Nacionales de Inmunización.